He escuchado a una mujer decir que el problema de los padres de hijos adoptados es que esperan que éstos partan de cero como si no tuvieran una experiencia antes de llegar a ellos. ¿Y a los padres biológicos no les ocurre igual?
Partir de cero es un problema mucho más antiguo que el de unos padres que adoptan y unos hijos adoptados, y que afecta a todos. Todo lo que nace ya lo hace con memoria.
domingo, 30 de noviembre de 2008
viernes, 28 de noviembre de 2008
miércoles, 26 de noviembre de 2008
martes, 25 de noviembre de 2008
domingo, 23 de noviembre de 2008
Hace años, muchos años, cuando volvimos de las vacaciones de verano en el (su) pueblo, se me ocurrió encender la luz del pasillo y decir: ¡ay, por fin en mi casa!. Entonces la dueña de la casa se dio la vuelta y me miró con cara de odio, como ella sabe hacerlo. En verdad siempre he sido un terrorista emocional para ella, pobre. Y yo sin darme cuenta.
sábado, 22 de noviembre de 2008
viernes, 21 de noviembre de 2008
Jacobo I de Inglaterra
"La infortunada dinastía de los Estuardo, de la que procedía Jacobo, se hallaba implicada en el destino de la discordia confesional europea de manera más profunda que otras. El padre de Jacobo fue asesinado; su madre contrajo matrimonio con el asesino; la madre, por otra parte, fue ejecutada; el hijo de Jacobo, Carlos I, murió igualmente en el cadalso; el nieto fue depuesto del
trono y murió en el destierro. Dos Estuardos, pues, murieron en el cadalso; sólo ocho de dieciesiete soberanos de nombre Estuardo alcanzaron los cincuenta años de vida. Jacobo es uno de ellos, y uno de los pocos Estuardos que murieron en posesión del trono y de una muerte natural. Pero, a pesar de eso, su vida no careció de desgarraduras y peligros. De un año y medio de edad fue coronado monarca. Todos los partidos intentaron apoderarse de su persona. Fue raptado, secuestrado, capturado, hecho prisionero y amenazado de muerte. A menudo, de niño y de joven, hubo de pasar noches enteras en vela y con las ropas puestas para poder escapar en seguida. Estaba bautizado en el catolicismo, pero fue arrebatado a su madre y los enemigos de ésta le educaron en el protestantismo. Su madre, María Estuardo, murió en profesión de su fe católica romana. El hijo, para no perder el trono de Escocia, hubo de aliarse con los protestantes y ponerse a bien con la enemiga de su madre, la reina Isabel, a fin de lograr el trono de Inglaterra. Cabe, pues, decir que fue literalmente arrancado del vientre de su madre y arrojado en medio de la desgarradura de su tiempo. No tiene nada de extraño que se hiciese astuto e inclinado a la doblez y que aprendiese a engañar a sus enemigos. Pero también dio pruebas de inverosímil valor y a veces tenía verdaderos ataques de súbita violencia."
Hamlet y Jacobo I de Inglaterra
Carl Schmitt
(1956)
trono y murió en el destierro. Dos Estuardos, pues, murieron en el cadalso; sólo ocho de dieciesiete soberanos de nombre Estuardo alcanzaron los cincuenta años de vida. Jacobo es uno de ellos, y uno de los pocos Estuardos que murieron en posesión del trono y de una muerte natural. Pero, a pesar de eso, su vida no careció de desgarraduras y peligros. De un año y medio de edad fue coronado monarca. Todos los partidos intentaron apoderarse de su persona. Fue raptado, secuestrado, capturado, hecho prisionero y amenazado de muerte. A menudo, de niño y de joven, hubo de pasar noches enteras en vela y con las ropas puestas para poder escapar en seguida. Estaba bautizado en el catolicismo, pero fue arrebatado a su madre y los enemigos de ésta le educaron en el protestantismo. Su madre, María Estuardo, murió en profesión de su fe católica romana. El hijo, para no perder el trono de Escocia, hubo de aliarse con los protestantes y ponerse a bien con la enemiga de su madre, la reina Isabel, a fin de lograr el trono de Inglaterra. Cabe, pues, decir que fue literalmente arrancado del vientre de su madre y arrojado en medio de la desgarradura de su tiempo. No tiene nada de extraño que se hiciese astuto e inclinado a la doblez y que aprendiese a engañar a sus enemigos. Pero también dio pruebas de inverosímil valor y a veces tenía verdaderos ataques de súbita violencia."
Hamlet y Jacobo I de Inglaterra
Carl Schmitt
(1956)
miércoles, 19 de noviembre de 2008
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Un poco de frío, un poco de astenia, un poco la posición ante el teclado, un poco la estupidez recién adquirida. Iba a empeorar después de octubre, lo sabía, laguideciendo, "autolisiándome" como un plátano maduro.
Me recuerdo ideando alguna pregunta que me conectase con ellos, con lo otro informe y pequeño que eran ellos. El día en que se repartieron los papeles en el mundo a ellos les toco ser "mis amigos", o "compañeros de colegio", o "personas agradables que te hablan": algún nombre que los colocase en escena.
(petit enfant caché)
No es de nada concreto de lo que siento nostalgia. Si usted me dice: ¿echa de menos la infancia? o, ¿aun recuerda a aquella chica? yo no puedo más que decirle que no. Y aun más, creo que ya le hago un pequeña concesión llamando a "eso" nostalgia ¿no le parece?
Tiembla la mano izquierda. Algo se estará temiendo.
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Un poco de frío, un poco de astenia, un poco la posición ante el teclado, un poco la estupidez recién adquirida. Iba a empeorar después de octubre, lo sabía, laguideciendo, "autolisiándome" como un plátano maduro.
Me recuerdo ideando alguna pregunta que me conectase con ellos, con lo otro informe y pequeño que eran ellos. El día en que se repartieron los papeles en el mundo a ellos les toco ser "mis amigos", o "compañeros de colegio", o "personas agradables que te hablan": algún nombre que los colocase en escena.
(petit enfant caché)
No es de nada concreto de lo que siento nostalgia. Si usted me dice: ¿echa de menos la infancia? o, ¿aun recuerda a aquella chica? yo no puedo más que decirle que no. Y aun más, creo que ya le hago un pequeña concesión llamando a "eso" nostalgia ¿no le parece?
Tiembla la mano izquierda. Algo se estará temiendo.
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lunes, 17 de noviembre de 2008
sábado, 15 de noviembre de 2008
Fíjense en mi ingenuidad constitutiva: fui tan ingenuo que pensaba que mis mayores me tratarían con lealtad si yo siempre les trataba a ellos de igual modo. Hasta me parecía algo aberrante que mis mayores, a su vez, no hiciesen lo mismo con los suyos. Sentí una piedad especial por mis abuelos que sin la estupidez de sus hijos probablemente no hubiese tenido nunca.
viernes, 14 de noviembre de 2008
jueves, 13 de noviembre de 2008
Ya que es el primer día en el diván le haré una pequeña confesión, si me lo permite, una confesión de paciente a médico: me encuentro a gusto dándole latigazos, doctor.
-¿Por qué?
-Porque no tengo que pensar, o no siento la necesidad de caerle bien. ¿Comprende, querido doctor? Puedo llegar a estar solo junto a usted sin percatarme de su presencia.
-¿Por qué?
-Porque no tengo que pensar, o no siento la necesidad de caerle bien. ¿Comprende, querido doctor? Puedo llegar a estar solo junto a usted sin percatarme de su presencia.
¡¡¡Qué duro!!!
"Para las madres es importante poder llevar a sus hijos al médico cuando se sienten algo deprimidas.
[...]
Otra madre me trae a su hijita, por motivos que no resultan muy claros; casi se diría que los síntomas que me describe dependen de la sala del hospital que haya elegido. Si se tratara de un otorrinolaringólogo le preguntaría si es necesario operar a la niña de las amígdalas; si fuera un oculista, querría saber si la pequeña ve bien. Puede anticiparse a las expectativas de un médico y describir cualquier síntoma que parezca interesarle. Gracias a que logro redactar una cuidadosa historia clínica, la madre puede darse cuenta de sus propias fluctuaciones en lo que respecta a su actitud para con la niña y comprobar que, en general, su hija se desarrolla bien a pesar de las preocupaciones que experimenta cada tanto con respecto a ella. En realidad, la niña presenta algunos síntomas, que incluyen una cierta pérdida del apetito.
En este caso, decido que mi tarea consiste en decir a la madre algo parecido a esto: "Hizo usted muy bien en traerme a la niña cuando empezó a preocuparse por ella; para eso estamos. En mi opinión, la niña se encuentra muy sana en este momento, y estoy dispuesto a reconsiderar mi opinión la semana que viene o cuando usted quiera volver".
Aquí la madre ha recibido la reaseguración que necesita gracias a que he examinado a la niña y he tomado en serio todos sus comentarios. Le resulta difícil creer que la niña está bien, pero quizás mañana habrá olvidado su ansiedad. Sería totalmente absurdo que un médico le dijera a una madre de este tipo que está haciendo un alboroto por nada, sobre todo cuando ello es absolutamente cierto."
Los efectos de la enfermedad depresiva
en ambos progenitores o en uno de ellos
Donald Winnicott
(1958)
[...]
Otra madre me trae a su hijita, por motivos que no resultan muy claros; casi se diría que los síntomas que me describe dependen de la sala del hospital que haya elegido. Si se tratara de un otorrinolaringólogo le preguntaría si es necesario operar a la niña de las amígdalas; si fuera un oculista, querría saber si la pequeña ve bien. Puede anticiparse a las expectativas de un médico y describir cualquier síntoma que parezca interesarle. Gracias a que logro redactar una cuidadosa historia clínica, la madre puede darse cuenta de sus propias fluctuaciones en lo que respecta a su actitud para con la niña y comprobar que, en general, su hija se desarrolla bien a pesar de las preocupaciones que experimenta cada tanto con respecto a ella. En realidad, la niña presenta algunos síntomas, que incluyen una cierta pérdida del apetito.
En este caso, decido que mi tarea consiste en decir a la madre algo parecido a esto: "Hizo usted muy bien en traerme a la niña cuando empezó a preocuparse por ella; para eso estamos. En mi opinión, la niña se encuentra muy sana en este momento, y estoy dispuesto a reconsiderar mi opinión la semana que viene o cuando usted quiera volver".
Aquí la madre ha recibido la reaseguración que necesita gracias a que he examinado a la niña y he tomado en serio todos sus comentarios. Le resulta difícil creer que la niña está bien, pero quizás mañana habrá olvidado su ansiedad. Sería totalmente absurdo que un médico le dijera a una madre de este tipo que está haciendo un alboroto por nada, sobre todo cuando ello es absolutamente cierto."
Los efectos de la enfermedad depresiva
en ambos progenitores o en uno de ellos
Donald Winnicott
(1958)
viernes, 7 de noviembre de 2008
El carácter destructivo
"El carácter destructivo tiene la conciencia del hombre histórico, cuyo sentimiento fundamental es una desconfianza invencible respecto del curso de las cosas (y la prontitud con que siempre toma nota de que todo puede irse a pique). De ahí que el carácter destructivo sea la confianza misma. El carácter destructivo no ve nada duradero. Pero por eso mismo ve caminos por todas partes. Donde otros tropiezan con muros o con montañas, él ve también un camino. Y como lo ve por todas partes, por eso tiene siempre algo que dejar en la cuneta. Y no siempre con áspera violencia, a veces con violencia refinada. Como por todas partes ve caminos, está siempre en la encrucijada. En ningún instante es capaz de saber lo que traerá consigo el próximo. Hace escombros de lo existente, y no por los escombros mismos, sino por el camino que pasa a través de ellos. El carácter destructivo no vive del sentimiento de que la vida es valiosa, sino del sentimiento de que el suicidio no merece la pena."
Walter Benjamin
jueves, 6 de noviembre de 2008
Cogía el lápiz y veía como ese lápiz moría en mis manos -¡pobre lápiz prostituido!-.
Eso es lo maravilloso de saber que todo se pudre irremisiblemente a distinta velocidad.
(De pequeño me parecía imposible que un boligrafo Bic llegase a gastarse. Más tarde empecé a percatarme de que incluso yo mismo los gastaba. Un boli Bic gastado era para el pequeño Napoleoncito una demostración de que, efectivamente, todo pasa. Todavía ahora sigue pareciéndome maravilloso ver un Bic gastado. ¿Todavía?)
Eso es lo maravilloso de saber que todo se pudre irremisiblemente a distinta velocidad.
(De pequeño me parecía imposible que un boligrafo Bic llegase a gastarse. Más tarde empecé a percatarme de que incluso yo mismo los gastaba. Un boli Bic gastado era para el pequeño Napoleoncito una demostración de que, efectivamente, todo pasa. Todavía ahora sigue pareciéndome maravilloso ver un Bic gastado. ¿Todavía?)
miércoles, 5 de noviembre de 2008
domingo, 2 de noviembre de 2008
SOY CIEGO SIN REFLEJO
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¿Si tu querido espejo se cayese al suelo crees que alguien lo reconstruiría para ti? ¿crees que podría? (¿por que he de hacerlo si ya no puedo verme?).
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Absorbo los tics de los demás. Me autorrepresento con la cara de otro. Me pregunto si no es lo único que tomaré prestado sin querer.
A veces aprieto los morros y muevo la boca como aquella bruja que, además, era ama de casa en una serie de tv.
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¿Si tu querido espejo se cayese al suelo crees que alguien lo reconstruiría para ti? ¿crees que podría? (¿por que he de hacerlo si ya no puedo verme?).
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Absorbo los tics de los demás. Me autorrepresento con la cara de otro. Me pregunto si no es lo único que tomaré prestado sin querer.
A veces aprieto los morros y muevo la boca como aquella bruja que, además, era ama de casa en una serie de tv.
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