sábado, 4 de abril de 2009

Cuando veía a alguien llorar lo primero que hacía era preguntarme por qué. Cuando yo era yo, claro. Ahora, muchas veces, demasiadas, cuando escucho a alguien llorar también me emociono. Y es absurdo porque puede estar llorando por la mayor de las tonterías. Y esto me hace recordar que ya debería estar muerto.

No hay comentarios: