Me ha vencido la estupidez. Acurruco mi cabeza entre los brazos y me escondo.
La que se disfraza con fulares bienintencionados y olvida su propio disfraz.
Cierra el cofre con llave y tira la llave adentro del cofre.
No me pasa nada, sólo que algo, hace tres años, se quebró dentro de mi cabeza que me impide concentrarme para nada y me robó el carácter. Pero no me pasa nada, sigo viviendo del cuento.
miércoles, 1 de abril de 2009
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