Este solitario Emperador sin trono ni reino, pobre de cañones y soldados, empieza a escuchar las balas silbar cerca de sus oídos, un poco más allá de la certidumbre redentora.
lunes, 31 de diciembre de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario