sábado, 14 de marzo de 2009

Beatus ille

Me ocurría a menudo no hablar por temor a traicionarme. Cuánto hecho de menos todas mis pequeñas manías. Huérfanas manías.

Cuánto miedo a no decirlo todo en sólo un par de palabras.


Desde ayer pienso que su interés por Horacio pudo no ser auténtica sino una estratagema. "Mira, te señalo con el dedo a Horacio, ¡míralo, míralo!". Si es cierta la idea que me ronda he tardado exactamente 39 meses en descubrirla.

39 meses es la cifra de la velocidad de este demediado intelecto.

No hay comentarios: