miércoles, 20 de febrero de 2008

Madres que procuran a sus hijos una excelente educación a riesgo de no poder entenderlos nunca jamás. Madres que culpan a sus hijos de su propia irresponsabilidad. Mujeres que lloran, no de dolor sino por falta de convicción. Las vereis implorando vuestra confianza. Escoria. Poneos guantes, agarradlas del brazo y devolvedlas a su guardería. No temais el reproche del vulgo. Sin contemplaciones. La plebe es la hija malcriada de una gran madre neurótica. Ella también lo merece.

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