viernes, 1 de febrero de 2008

Hay objetos que requieren fe. Por ejemplo: la taza del water.

Ella mira la taza del water,
se enamora de la taza del water
pero no ve la mierda por ninguna parte,
¡se la niega a sí misma!
Se sienta sobre los bordes
pero no quiere saber que también se usa de otro modo.
Lo sabe, pero no quiere saberlo,
la taza del water perdería ese resplandor característico.
Ahí sigue sentada
sobre la sacrosanta taza del water,
el sancta santorum de lo que no se quiere ver
y sin embargo está.
Ella la cabalga.
La taza del water.

(Lo más sorprendente es
que un día os dirá: "yo fui inventada por la taza de un water"
cuando de todos es sabido
que nada es causa sui,
ni siquiera la taza del water.)


P.D.: Pido disculpas a todos aquellos, principalmente señoritas, que nunca vieron el lado oscuro de una taza del water en su puñetera vida. Espero que este breve escrito les haya revelado una nueva dimensión de la realidad.


Imagen: Ventana y taza del water, Antonio López

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