lunes, 21 de abril de 2008

Ego VI

"Si al hombre no le ha sido dado vivir con su ser amado y supeditarlo todo al amor, queda aún otro modo de escapar al Creador: irse a un convento. Agnes recuerda una frase de La Cartuja de Parma de Stendhal: «Fabricio se marchó; se retiró a la Cartuja de Parma». En ningún sitio de la novela aparece antes una cartuja y sin embargo esta única frase en la última página es tan importante que por ella le puso Stendhal el título a su novela; porque el verdadero objetivo de todas las aventuras de Fabricio era la cartuja; un lugar retirado del mundo y de la gente.
Al convento se iban en otros tiempos las personas que no estaban de acuerdo con el mundo y no consideraban como propias las penas y las alegrías mundanas. Pero nuestro siglo se niega a reconocerle a la gente el derecho a no estar de acuerdo con el mundo y por eso los conventos a los que podía huir Fabricio ya no se encuentran. Ya no hay sitios retirados del mundo y de la gente. De un sitio como aquél sólo queda el recuerdo, el ideal del convento, el sueño del convento. La cartuja. Se retiró a la Cartuja de Parma. La visión del convento. En pos de esa visión hace ya siete años que Agnes viaja a Suiza. En pos de la cartuja de los caminos apartados del mundo."

Milan Kundera
La inmortalidad

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