viernes, 21 de noviembre de 2008

Jacobo I de Inglaterra

"La infortunada dinastía de los Estuardo, de la que procedía Jacobo, se hallaba implicada en el destino de la discordia confesional europea de manera más profunda que otras. El padre de Jacobo fue asesinado; su madre contrajo matrimonio con el asesino; la madre, por otra parte, fue ejecutada; el hijo de Jacobo, Carlos I, murió igualmente en el cadalso; el nieto fue depuesto del
trono y murió en el destierro. Dos Estuardos, pues, murieron en el cadalso; sólo ocho de dieciesiete soberanos de nombre Estuardo alcanzaron los cincuenta años de vida. Jacobo es uno de ellos, y uno de los pocos Estuardos que murieron en posesión del trono y de una muerte natural. Pero, a pesar de eso, su vida no careció de desgarraduras y peligros. De un año y medio de edad fue coronado monarca. Todos los partidos intentaron apoderarse de su persona. Fue raptado, secuestrado, capturado, hecho prisionero y amenazado de muerte. A menudo, de niño y de joven, hubo de pasar noches enteras en vela y con las ropas puestas para poder escapar en seguida. Estaba bautizado en el catolicismo, pero fue arrebatado a su madre y los enemigos de ésta le educaron en el protestantismo. Su madre, María Estuardo, murió en profesión de su fe católica romana. El hijo, para no perder el trono de Escocia, hubo de aliarse con los protestantes y ponerse a bien con la enemiga de su madre, la reina Isabel, a fin de lograr el trono de Inglaterra. Cabe, pues, decir que fue literalmente arrancado del vientre de su madre y arrojado en medio de la desgarradura de su tiempo. No tiene nada de extraño que se hiciese astuto e inclinado a la doblez y que aprendiese a engañar a sus enemigos. Pero también dio pruebas de inverosímil valor y a veces tenía verdaderos ataques de súbita violencia."

Hamlet y Jacobo I de Inglaterra
Carl Schmitt
(1956)

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