domingo, 11 de mayo de 2008

Silencio II

Cuando nos comunicamos con los demás, no nos estimamos a nosotros mismos lo suficiente. Nuestras auténticas vivencias no son en modo alguno parlanchinas. No podríamos comunicarlas, aunque quisiéramos. Les falta la palabra, y nosotros ya hemos dejado muy atrás las cosas que se pueden expresar con palabras. En todo acto de hablar hay ya un algo de desprecio. Parece que el lenguaje haya sido inventado para decir sólo lo vulgar, lo mediocre, lo comunicable. El uso del lenguaje vulgariza ya al que habla. Esto forma parte de una moral para sordomudos y demás filósofos.

Friedrich Nietzsche
El crepúsculo de los ídolos

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