La principal diferencia que observé siempre entre Uno y el resto de personas que a mi alrededor pululaba fue ésta: ellos parecían creer siempre lo que decían, yo tuve siempre la sensación de estar mintiendo. Así, con el tiempo, sin habérmelo propuesto, me libré de hipostasiar mi pensamiento y prepararme para construirlo sobre otro suelo. Como contrapartida la incomprensión hacia mí empezó a aumentar. La chusma no tolera nada que no sea previsible y mensurable (quien crea que la Ciencia le salvará de algo es por nostalgia del incienso del templo).
El cínico siempre está en trance de ganarse y perderse cada vez. EL CÍNICO SOY YO
miércoles, 28 de mayo de 2008
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