martes, 30 de septiembre de 2008

Y bla, bla, bla...

Desde que me encuentro enfermito he descubierto que el vulgo es más imbécil de lo que creía. Y, además, también he descubierto, para su descargo, que yo soy como ellos, lo cual me provoca un leve escozor en los alrededores del hipotálamo que nunca llega a arrancarme de mí mismo y sacarme de mis zapatos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ummmmm, ¿Al vulgo le consuela que seas como ellos?

Napoleón Lasagabaster dijo...

No lo sé. El vulgo no tiene corazón.