¿De quién será esa boca que ha dejado esa marca sobre esa taza que contemplo como extasiado sentado sobre esta silla esperando a la gili de mi hermana que no llega porque su novio es más gili aún? ¿Tendré que coger un periódico para no aburrirme o pedir otro café a ese camarero con cara de pez martillo, con dos ojos tan separados del tabique nasal que habla de canto para mirarme fijamente a la cara? ¿Y si le preguntase al pez martillo de quién fue esa boca de esa marca de esa taza levantando el dedo índice a la vez que levanto el brazo derecho con gesto de interrogación? ¿Me lo diría? Sí, pero tendría que pedirle otro café a cambio.
jueves, 10 de enero de 2008
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1 comentario:
seguro era de una gorda cincuentona con caries y demasiado lipstick
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