domingo, 14 de septiembre de 2008
¿Por qué queremos acostarnos con alguien lejano a quién no le importamos? No sé si será generalizado o concreto, pero si estoy mal, normalmente tengo elegida una amante secreta para contarle mis penas, suele ser algo inanimado o una amigo imaginaria y ocasionalmente alguien lejano y anónimo a quién yo no le importe. El sentido es simple.
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11 comentarios:
O sea, que te imaginas hablando con tu novia.
No exactamente.
Entonces con una garrula.
Pudiera ser. Es probable. De hecho creo que todas las mañanas se levanta de la cama y lo primero que hace es decirse: soy una garrula, soy una garrula, soy una garrula...
Porqué le cuentas tus penas a alguien a quién no le importas?
Si no le importas le puedes devolver con el mismo daño sin cargo de conciencia.
Que alguien te importe puede ser insoportable, imagínate tener que controlar la vida de otra persona,
es muy difícil, un trabajo agotador, con el montón de cosas que tengo que hacer. Por ejemplo dejar que un gentil caballero se preste a dictarte la bibliografía de una oposición sin que tú sepas como mandarlo a la mierda por tan grande ofensa: ufffff, ¿es que se piensa que yo no puedo hacerlo sola? ¿es que duda de lo fortota que soy?
¡dificilísimo, oiga usted!
Si no le importas le puedes devolver con el mismo daño sin cargo de conciencia.
Si no le importas no se preokupa y no lo pasa tan mal como quien le cuenta sus penas
¿a quién no le importas???
A una vaca, querida Laveron. A un ser aun más lejano que usted que pace en praderas y espanta tábanos con la cola.
(El post es una paráfrasis de otro post, el de la vaca en cuestión. Mantegame informado de sus cosas. Un beso.)
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