-
Ella: ¿y la tuya? ¿cómo fue tu infancia? (pregunta real)
Yo: no sé, creo que sigo en ella, no tengo perspectiva (respuesta imaginada).
La mayoría de respuestas imaginadas que formo posteriormente en mi mente se materializaron antes en un balbuceo ininteligible. Aquello ocurrió hace ocho años. Cuanto más me importa el interlocutor más ininteligible soy.
-
sábado, 18 de octubre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario