jueves, 23 de octubre de 2008

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Tres de la madrugada, un hombre sentado en un banco. Delante un escaparate y una pulida pared de mármol. Detrás una calle. Todo a oscuras, excepto las zonas aledañas de las farolas. Detrás del hombre pasan taxis, el camión de la basura, algunos coches y nadie más. Él ve las lucecitas de los taxis, el camión de la basura y nadie más pasar por el escaparate y los mármoles de la pared. Qué asco se da dentro de la caverna.

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