viernes, 26 de diciembre de 2008

Siempre sentí vergüenza de responder: "paseo por pasear", ¡qué niño tan extraño! Por eso siempre llevaba encima una mochila aparentando que iba algún sitio, o en los años de universidad agarraba fuertemente un libro en la mano como si fuera a una biblioteca o volviese de ella. Alguna excusa que hablase por mí.

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